Comico Desde ahora, antes de decir 'me muero de frío' con total impunidad habrá que pensarlo dos veces, ya que un estudio ruso-británico reveló que la temperatura más baja de la historia fue de -89,2°. Lo bueno es que fue bien lejos, tanto en tiempo como en distancia: se registró en la Antártida, en 1983.
La investigación, llevada a cabo por la British Antartic Survey(BAS) y el Artic and Antartic Research Institute de Rusia (AARI), indica que ese valor récord fue inferior en 30º a la media de 66º que impera en el continente blanco durante el invierno.
En julio de 1983, una masa de aire frío procedente del océano Antártico se instaló durante diez días sobre la parte alta de la meseta antártica, donde está ubicada la estación científica rusa de Vostok, que fue la que registró el récord. Según concluyeron los expertos, la corriente impedía que llegasen a esta zona masas de aire más cálido procedente de latitudes más bajas, lo que aisló la estación y creó las condiciones para que se dieran temperaturas tan extremas.
La meseta antártica del este -donde está Vostok- se encuentra muy lejos del océano y a una altura de 3.488 metros, lo que la hace extremadamente fría. Otra de las conclusiones de la investigación sostiene que podría batirse un nuevo récord y alcanzar los -96º si se llegase a un nuevo período de aislamiento provocado por corrientes frías.
El investigador de la BAS y autor del estudio, John Turner, explicó que, si bien el calentamiento global todavía no afectó a la Antártida, sí podrá hacer sentir sus efectos a partir del próximo siglo, lo que siembra algunas dudas acerca de si se registrará el nuevo récord bajo cero.
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